Todo lo que Meg quería era irse. Lejos de la secundaria. Lejos de su remoto pueblo. Lejos de sus padres que parecían determinados en mantenerla prisionera en sus atascadas vidas. Pero una noche loca, incluyendo un reto y las prohibidas líneas del tren, ella va demasiado lejos… y casi no logra regresar.
John tomó la decisión de quedarse. De hace cumplir las reglas. De servir y proteger. No tiene nada más que desprecio por lo que ve como rebelión infantil, y quiere enseñarle a Meg una lección que nunca olvidará. Pero Meg lo presiona, poniendo en duda todo lo que él aprendió en la academia de policía. Y cuando él presiona de vuelta, demandando saber porque ella no se deja atar, se llevarán al límite – y más allá…
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